Un pozo para mucha gente (3ª parte)
Desde
hace quince años mis actuaci
Le
enfermedad contraída últimamente por mi hermano César me ha obligado a
replantear este compromiso y a prolongar mi estancia en un colegio donde los
Hermanos de La Salle llevan más de dos décadas dedicados a la formación de la
juventud. Por muchos motivos he decidido ocupar su lugar para que profesores,
alumnos y numerosos vecinos de Dapaong (Togo), su
lugar de residencia, noten menos su prolongada ausencia.
Abandoné
pues el cálido “nido” de Alcorcón donde tenía la
certidumbre de llevar una vida tranquila y ociosa, sobre todo después de mi
inserción en las listas de jubilados con buena paga y habitualmente
despreocupados para incorporarme a una comunidad cuyo objetivo principal es la
dedicación a la formación y promoción de una parte de la población en el seno
de la cual está implantada, dejando en un segundo plano las demás contingencias
humanas.
El
12 de octubre del año pasado llegaba a Togo vía Uagadugu
y, después de una breve estancia en la capital de Burkina
Faso, asumía mis responsabilidades en el campo de la informática así como de la
gestión administrativa del colegio Saint Athanase de Dapaong. Me hice cargo también de la ejecución de dos
proyectos de cierta relevancia que iban a ocupar una parte de mi tiempo. Estos dos proyectos debían de tener por resultado
un cambio sensible en las condici
El
pozo ya está terminado. Decenas de mujeres se acercan varias veces al día en
busca del agua que necesitan. He visitado varias veces la obra y puedo decir
que estoy muy satisfecho. En mi última visita pude comprobar la gran
satisfacción que sienten todos aquellos y aquellas que pueden tener mejor
higiene, atender debidamente su hogar, preparar mejor sus alimentos y nunca más
sentirse acuciados por la escasez de agua.
Lo
digo alto y claro: me siento orgulloso de participar en esta acción humanitaria
que incrementa las esperanzas de vida de la gente cuya principal preocupación
es la supervivencia. Renuevo mi declaración de agradecimiento a todos aquellos
que me han dado su apoyo en todo momento. Me siento optimista viendo la
unanimidad de criterios que existe en torno a esta encomiable labor que se
extiende cada vez más en el tiempo y en el espacio y se desarrolla en zonas
cuyos habitantes viven totalmente al margen de los G8, de la Globalización y de
sus contrarios, los Alter-mundialistas.
Togo,
marzo de 2005
Servando
Pan